martes, 12 de diciembre de 2006

La clarinada de Fujimori

Por Juan Carlos Tafur

La empresa encuestadora Imasen, que no se refugia en los remilgos culposos de Apoyo, publica una encuesta incluyendo a Fujimori en la intención de voto. Gracias a ello podemos saber ahora un resultado que debería causar seria reflexión y preocupación en los sectores democráticos, como es que el prófugo ex mandatario aparezca primero en la intención de voto por encima de Alan García, Lourdes Flores y Valentín Paniagua (dato políticamente valioso a pesar de que Fujimori esté inhabilitado para postular).

Este dato debería ser el punto de partida para empezar a construir una estrategia política más inteligente y sensata con el objeto de enfrentar el resurgimiento autoritario que se aprecia y que advertíamos en nuestra columna de ayer. A Fujimori o al fujimorismo se le debe derrotar poniendo de manifiesto sus groseros desaguisados políticos y económicos y las consecuencias devastadoras que ha traído al Perú la destrucción de las instituciones democráticas, perpetrada con el aval e impulso del residente en Tokio.

En lo penal también hay, por cierto, serias imputaciones, pero la torpeza de sus perseguidores (la izquierda está siendo respecto de Fujimori como lo fue Popy respecto de Alan García) y la insolvencia de muchas de las acusaciones en su contra, lo que están logrando es no sólo construir un mito político sino, lo que es peor, haciendo que se olviden o minimicen las verdaderas y más serias calamidades que el fujimorismo nos ha dejado. Más grave aún es que se soslaye un hecho sustantivo, como es que Fujimori no parece haber cambiado un ápice.

De sus frecuentes entrevistas se deduce que sigue siendo el de siempre y teniendo el mismo concepto minusválido de las formalidades democráticas. Feliz de la vida, sólo se limita a reconocer como "error" su ligazón con Montesinos. Sus adversarios lo ayudan permitiéndole restringirse a responder minucias penales. Lo empapelan con hojarasca y le permiten zafar el cuerpo de muchas imputaciones que sí son demoledoras e incontestables.

En todo caso, bien lo ha dicho Giovanna Peñaflor, directora de Imasen, este resultado es una clarinada de alerta para la clase política, que no parece haber aprendido nada durante la década anterior y sólo parece haber estado esperando el momento de volver a acercarse al poder para gozar de él sin ofrecer nada distinto a un país que esperaba mucho más que eso y hoy lo hace saber.

Correo, 23 de abril del 2004